viernes, 20 de junio de 2014

Confesiones de una "guerrera con fibromialgia"


Trato de llevar una vida normal, este relato seria la descripción de los días de crisis “promedio”, gracias a Dios hay días buenos, son unos pocos pero estos me permiten tomar impulso nuevamente.


Levantarme cada día es sentirme en la época de la inquisición, mi cama, no es una cama normal, es una cama hecha con artilugios filosos y ardientes, la cobija pesa una tonelada, la almohada es una piedra  debajo de mi cabeza, la Luz del día pega como reflectores de estadio en mis ojos, y cuando debo levantarme al baño veo como en los cuentos de hadas un bosque tenebroso lleno de espinas,  es un camino eterno,  pero son solo unos pocos metros de fuego bajo mis pies y clavos que penetran en mis piernas, ¡que tortura de camino!. Luego cuando logro bajarme mi pijama y subir mi ropa interior después de que mis engarrotadas manos reaccionen, debo regresar al cuarto, ya medio despierta, el cansancio es como si toda la noche hubiera corrido montaña arriba con bultos de arena sobre la espalda, me rindo!!! Caigo otra vez en la cama que ha mejorado un poco, se torna más suave y más amigable conmigo….. y pensar que solo llevo unos 7 eternos minutos!!!.